Blog
Tanto si estás de vacaciones, ya has regresado de ellas o aún no te has ido: cerramos el mes de agosto y, con la llegada de septiembre, en la atmósfera se respira un aire de “vuelta al cole”. Una especie de año nuevo que, al igual que el del 1 de enero, trae consigo nuevas propuestas, promesas que deseamos cumplir y, sobre todo, un espíritu reforzado que nos lleva a desear una mejora constante.Toda esta energía renovada hace que arranquemos quizás con demasiado ahínco y nuestras pilas se agoten a rápida velocidad. La realidad diaria suele aplastar toda esa vitalidad con la que volvemos de los periodos vacacionales. Por eso hay que preparase mentalmente y planificarse. Además, tomar perspectiva para que todos los buenos propósitos que hemos preparado ante la vuelta al trabajo se cumplan y, sobre todo, no caer en el denominado “burnout”: fatiga, estrés…La gran pregunta: ¿Cómo gestionar toda nuestra energía para los próximos meses?Sigue con los buenos hábitos durante todo el año
Durante los periodos de descanso aprovechamos para realizar más actividades al aire libre, comemos mejor y pausadamente. Bien, estos buenos hábitos no deben ser algo puntual, debemos extenderlos y dejarlos ahí para que nos sigan acompañando el resto de nuestra vida. Y es que, cuando nos estresamos, lo primero que apartamos es el ejercicio físico y la dieta equilibrada.
Hazlo fácil: divide una gran meta en pequeños objetivos
Los nuevos retos que se nos pondrán por delante no deben estresarnos. En muchas ocasiones la meta parece inalcanzable y nos la tomamos como una carrera de fondo cuando, en realidad, debemos alcanzarla por etapas, como si de subir una montaña se tratara.Por ese motivo es realmente importante ir descartando los pequeños objetivos que ya hemos realizado e, incluso, darnos una recompensa por haberlos alcanzado.
No pierdas la perspectiva: focaliza y contextualiza
Las enormes listas de “cosas que hacer”, la agenda llena de tareas a realizar… El estrés aparece en cuanto volvemos al trabajo. Lo aconsejable es cumplir diariamente con las tareas y ser capaces de decir que no cuando se nos suman nuevas tareas o peticiones cuando ya no alcanzamos a completar nuestro trabajo diario. Trabajar más horas, saltarse la hora de comer o volverse a conectar al llegar a casa no harán más que ahogarnos rápidamente repercutiendo negativamente en el resto de nuestras actividades laborales e incluso familiares.
No te rindas, no estás sol@
Hay gente que ha canalizado todo su estrés a través de la natación o el yoga. Otros han encontrado la paz después del trabajo con actividades como las manualidades o la cocina. Lo que para unos ha sido una vía de escape puede que para ti no funcione porque no encaja con tu forma de ser o tus compromisos tras la jornada laboral.Simplemente, no te rindas. Hay una manera saludable de seguir realizando tu trabajo, sin estrés crónico, y siendo feliz al acabar la jornada.Si no encuentras el cómo, consulta con expertos médicos, habla con otras personas y aprende de todas las perspectivas hacia el grave problema que es el burnout.
Etiquetas: